Aunque el desamor me haya roto en pedazos, seguiré pegando cada trozo con el adhesivo de mi fortaleza, hasta construir una versión más fuerte y amorosa de mí mismo.
Hoy decidí romper las cadenas que me atan a un amor que solo me hacía daño; ahora recorro el camino de mi propio corazón, buscando la paz y el auténtico amor que merezco.
Me prometí que no te buscaría más, pero mis ojos aún buscan tu mirada en cada rincón vacío de mi corazón.
Me convertí en un experto en despedirme, en soltar lo que más anhelaba, pero no porque quisiera irme, sino porque mereces a alguien que te haga sonreír sin reservas, incluso cuando yo no puedo.
Aunque mi corazón se rompa en mil pedazos, sé que el amor que sentí fue real y eso es algo que siempre llevaré conmigo.
Aunque tu amor se fue, mi corazón aprendió a valorarse y a amarse en el proceso. Ahora, con las heridas cerradas, camino con más fuerza hacia el horizonte que me espera.
Perdí el rumbo en el laberinto de tu amor, pero ahora encuentro luz en mi propia alma y descubro que la felicidad no depende de alguien más.
Aunque me duela el corazón, el desamor me enseñó a valorar aún más cada pedacito de amor que encuentro en mi camino.
Aunque duela, el desamor no define mi valía. Me levanto con fuerza y me abrazo con amor propio, recordándome que merezco ser amado/a por alguien que valore mi corazón en su totalidad.
Me perdí en el mar de tus olvidos, pero aprendí a nadar en las lágrimas que dejaste en mi corazón.
Quizás el desamor sea una herida profunda que me lastima, pero prefiero tener cicatrices que me recuerden que fui valiente al amar, que renunciar a sentir por miedo a sufrir.
Me encontré en el vacío de tu ausencia, pero decidí llenarlo con el amor propio que me negaste.
Aunque mi corazón esté lleno de cicatrices amorosas, me doy cuenta de que aún puedo florecer en un jardín de amor propio y valentía.
Aunque el desamor se empeñe en nublar mi cielo, sé que desde las grietas florecerán nuevos amaneceres donde el amor volverá a encontrar su hogar.
Aunque nuestro amor se desvaneció como el humo de un cigarrillo, guardo los recuerdos de lo que fuimos con la esperanza de que algún día vuelvas a encender la llama en mi corazón.
Perdí mi amor en el camino, pero encontré la fuerza para amarme a mí mismo y eso, querido corazón roto, es un desamor transformado en amor propio.
Abracé fuerte los recuerdos de nuestro amor y dejé partir el desamor, porque sé que merezco una historia donde el final sea un beso en el alma y no un adiós en el corazón.
Aunque el desamor me haya dejado heridas, sigo amando con todas mis fuerzas, porque el corazón no entiende de rencores ni de lógica, solo sabe dar amor sin medida.
Aunque el desamor me causó heridas profundas, aprendí que en el abismo de la tristeza también florecen las alas que me llevarán a encontrar un amor más valioso y genuino.
Aunque duela, aprenderé a amarme lo suficiente como para soltar el amor que me lastima y buscar en el universo un amor que me cure.