Duele tanto verte partir, que hasta las estrellas se apagan en mi cielo interior.
Aunque duela, prefiero amar y perder, que nunca haber sentido la intensidad de tu mirada en la mía.
Aunque duela, prefiero recordarte con cariño que olvidarte con rencor.
Aunque duela, acepto que nuestro amor ya no existe, y en medio de la tristeza busco reconstruirme y encontrar mi propia felicidad.
A veces el desamor nos recuerda que nuestra capacidad de amar es infinita, incluso cuando el corazón se siente vacío.
A veces siento que mi corazón es un país deshabitado, porque en cada rincón solo encuentro tu ausencia.
Aunque duela, prefiero recordarte con una sonrisa en el corazón que con lágrimas en los ojos.
Aunque duela, prefiero soltar tu mano y dejar el amor en libertad, que aferrarme a un futuro incierto y lleno de cadenas.
Aunque duela, prefiero recordar lo bonito que vivimos juntos, que lamentar lo que ya no está.
Aunque duela, prefiero recordarte con cariño que olvidarte con rencor.
A veces el amor se disfraza de dolor, pero siempre queda la esperanza de volver a brillar sin necesidad de aceptar sombras ajenas.
A veces creo que el amor es como una flor hermosa que se marchita sin razón, pero aún así sigo regándola con lágrimas de desamor.
A veces el amor es como una lluvia de verano, refrescante y hermosa, pero que al final se evapora dejando solo el recuerdo de la humedad en la piel.
Duele más la indiferencia que las palabras hirientes, porque al menos estas últimas demuestran que aún ocupas un lugar en su mente.
A veces el amor se convierte en una canción triste que solo yo puedo escuchar, pero sigo bailando al ritmo de mi soledad.
Mis lágrimas se convierten en versos tristes que se pierden en el viento, llevándose pedazos de mi corazón roto.
Aunque duela, agradezco cada lágrima derramada por ti, porque me ayudaron a ver con claridad que merezco algo mejor.
Aunque duela, prefiero recordarte con cariño que olvidarte con resentimiento.
Aunque duela, sé que el desamor me ha enseñado a valorar aún más el amor verdadero cuando llegue a mi vida.
Aunque mi corazón aparezca hecho pedazos, sonrío al recordar que el desamor no define mi valor.